Por: Rafael Moreta
La rápida evolución de las tecnologías financieras y la creciente adopción de las stablecoins están planteando importantes desafíos a los bancos centrales en todo el mundo. Así consta en un reciente informe del Banco de Pagos Internacionales (BPI), presentado al G20.
Ninguna innovación ha captado la imaginación y el potencial de los mundos de la tecnología y las finanzas como las stablecoins. Estas monedas digitales, diseñadas para mantener un valor estable en relación con un activo de referencia subyacente (la mayoría de las veces una moneda fiduciaria como el dólar estadounidense), han surgido como un puente entre el sistema financiero tradicional y la tecnología blockchain. Varias entidades financieras han confirmado que emitirán sus propias stablecoins para 2025. La última de ellas, el BBVA.
El estudio muestra cómo la tokenización de activos y el surgimiento de monedas digitales emitidas por empresas privadas están transformando el panorama financiero y afectando funciones clave de los bancos centrales. En concreto, el informe cita áreas como pagos, política monetaria y estabilidad financiera. El BIS indica que algo primordial para los bancos centrales es si deben reaccionar, y en qué medida, a las iniciativas de tokenización en curso del sector privado.
Las stablecoins nacieron para resolver un problema que se dio sobre todo durante 2017: la volatilidad de los mercados de criptoactivos. Los precios de estas inversiones fluctuaban perfectamente un 30% de la noche a la mañana, lo que suponía un gran inconveniente para cualquiera que quisiera acceder al mismo.
Entonces, una compañía llamada Tether tuvo la idea de crear un activo tokenizado referenciado al dólar. Usando la idea de la emisión inelástica, y del peg 1:1, asumió que un criptoactivo con esas características debería mantener un valor estable.
Actualmente Tether ha demostrado que su caso de uso es un éxito y que sirve para mucho más que para protegerse del riesgo. Con una capitalización de mercado de 111.000 millones de dólares, es la stablecoin más utilizada del mundo.
Como resultado, la capitalización de mercado de las stablecoins respaldadas por dinero de curso legal ha aumentado desde su concepción hasta más de 164.000 millones de dólares en octubre de 2024. Su valor supera el del producto interior bruto de más de 100 países.
El comportamiento del usuario parece estar cambiando: ya no usa solo dinero fiduciario, aunque sea en su formato electrónico. Las stablecoins como medio de cambio (solo serán medio de pago si están emitidas por una entidad con licencia para emitir dinero de curso legal) han adquirido una relevancia en el mercado lo suficientemente considerable como para que se hayan convertido en un producto en sí mismo.
En España, como sucede con las fintech o las entidades bancarias más tradicionales, ya cuenta con los clientes y la autorización regulatoria para diversificar el modelo de negocio entrando a emitir una stablecoin parece perfilarse como la tendencia del 2025.
La aprobación, publicación y entrada en vigor del Reglamento 2023/1114, de mercados de criptoactivos, ha establecido el marco jurídico esperado para que entidades de crédito y otras instituciones fuertemente reguladas, puedan por fin entrar, con todas las garantías, en los mercados de activos digitales.