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Por Rubén Coronel

Expertos señalan que las nuevas tecnologías tienen el potencial de tender puentes entre ambas generacionales.

Los trabajadores hoy pueden alimentar, con sus conocimientos, las bases de datos con las que operan los algoritmos de la IA para que esta transmita esos saberes a las nuevas generaciones de empleados.

Más allá de la fuerza física de trabajo, el conocimiento es un activo importante para las labores productivas en las empresas. Incluso esos saberes que van más allá de lo que se enseña en la academia, como lo son las formas de hacer las cosas que son muy propias en las organizaciones.

Desde cómo manejar una máquina, manipular un programa de computación o realizar trámites al interior de la organización, este tipo de conocimientos corren el riesgo de perderse cada vez que un trabajador con años de experiencia se jubila o renuncia; de allí que las empresas tengan que dedicar recursos y esfuerzos para capacitar a los nuevos talentos.

Expertos en talento humano estiman que una empresa puede tardar hasta seis meses en capacitar a un nuevo trabajador para que este alcance una productividad óptima (sin tener en cuenta que le puede tomar más de un año para integrarlo de forma plena a su cultura organizacional). A largo plazo esto se traduce en pérdidas de tiempo y dinero para la compañía.

Las empresas industriales de todo el mundo se enfrentan a un enigma: a pesar del continuo avance de las tecnologías que prometen una mejora de la productividad y la eficiencia, el crecimiento de la productividad sigue siendo bajo. Muchas organizaciones están luchando por capturar el valor completo de las tecnologías digitales, a pesar de que la transformación digital ya no es un lujo sino una necesidad estratégica.

¿Qué diferencia a los que están teniendo éxito en las transformaciones digitales de extremo a extremo de los que están invirtiendo pero no están obteniendo beneficios? Un análisis más detallado del rendimiento excepcional de los sitios en la Red Global Lighthouse del Foro Económico Mundial sugiere que la verdadera diferencia es un enfoque holístico que coloca a las personas en el centro.

La Red Global Lighthouse fue cofundada por el Foro Económico Mundial y McKinsey en 2018 para reconocer a las organizaciones que lideran la transformación digital, convirtiendo las capacidades digitales en un impacto tangible y sostenible en sus operaciones, la fuerza laboral y la huella ambiental. Estas empresas han logrado la transformación digital y generado valor real en sus sitios de producción, a lo largo de sus cadenas de valor de extremo a extremo y a través de sus modelos de negocio.

La Red Global Lighthouse está repleta de ejemplos de la diferencia que este enfoque centrado en las personas puede significar para la fuerza laboral y para los clientes. Johnson & Johnson brinda un ejemplo del impacto de la tecnología en los clientes que buscan una experiencia más personalizada. Al escalar las tecnologías digitales a lo largo de toda su cadena de valor para conectar mejor a sus consumidores, aumentó su tasa de conversión en más de un 40%. La empresa también aprovechó la automatización inteligente para reducir los costos en más de un 30%.

Un enfoque similar al cliente se puede encontrar en Tsingtao. Con las necesidades de los consumidores de cerveza personalizada, diferenciada y diversa, esta cervecería automatizó la gestión de la calidad y optimizó la planificación de la cadena de suministro para reducir su tiempo de entrega en un 56% y reducir a la mitad el tiempo de programación de la producción. También aumentó la precisión de sus pronósticos de demanda en un 20%, redujo la necesidad de cambios de producto en un 70% y aumentó la preferencia de marca en un 37%.

El trabajo en la nueva era digital está redefiniendo el panorama laboral de manera profunda y significativa. Si bien presenta desafíos únicos, también abre un mundo de oportunidades emocionantes para aquellos dispuestos a adaptarse y crecer con la tecnología. Desde la necesidad de adquirir nuevas habilidades digitales hasta la importancia de cultivar habilidades blandas y el aprendizaje continuo, los trabajadores del futuro deben estar preparados para enfrentar un entorno laboral en constante evolución. En última instancia, aquellos que abracen el cambio y abracen las oportunidades que ofrece la nueva era digital estarán mejor posicionados para prosperar en el mercado laboral del mañana.